Se puso en vigencia la Nueva Constitución Política del Estado dando paso a un nuevo estado plurinacional
Imagen: "un solo pais" NEB / Bolivia-Now
Por: NEB / Bolivia Now
Al séptimo día de Febrero del año 2009 a las 12:51 fue la hora en la que el presidente Morales firmo la NCPE dando paso al renacimiento de un pais.
“Hermanas y hermanos de Bolivia, en este día histórico, proclamo promulgada la nueva Constitución Política del Estado boliviano, la vigencia del Estado plurinacional unitario, social y económicamente, y el socialismo comunitario a partir de la promulgación de la nueva Constitución” dijo un visiblemente emocionado presidente de Bolivia durante dicho acto histórico.
El camino para llegar a este punto no fue ningún camino de rosas para los bolivianos sin importar la postura política en la que se encuentren. Sin embargo, esto es sin duda alguna un proceso de trascendencia muy grande para cualquier país de cualquier parte del mundo. En muchos casos, especialmente los medios de comunicación insistían en que Bolivia jamás llegaría al punto al que llego. Los mensajes siempre auguraban sangre y separatismo.
La campaña del miedo ejecutada por los carteles de poder en Bolivia con su infaltable aparato propagandístico traducido en la mayoría de medios de comunicación nacionales y con el firme apoyo de sectores y gobiernos extranjeros pretendía siempre la solución por el desastre, la cual en un escenario favorable para dichos grupos expondría a Bolivia como ingobernable, fallida e incapaz de resolver sus problemas dando paso a una intervención de “fuerzas de paz” que a la larga intentarían la concreción de otro estado que corriera la suerte de Kosovo.
No cabe duda que estos grupos continuaran concentrando sus energías en sabotear el intento de un país unitario, perdiendo como siempre la oportunidad de hacer algo más creativo o propositivo. Dicha tendencia, la del todo por el todo, o la del apostar solo al sabotaje, miedo y la violencia para lograr su agenda les hizo perder la oportunidad de enriquecer el histórico cambio que hoy se traduce en hechos: Un nuevo país.
La NCPE posee sin dudas muchos espacios para la contradicción y la confusión, como en muchos textos constitucionales en el mundo. Hoy se plantea el reto de poner ese texto en aplicación, es decir, en la vida real. La base es innegable y debe ser reconocida pese a anuncios claramente ilegales de “desobediencias civiles” de parte de algunos desfasados históricos.
Se habla de reconciliación, la cual es difícil luego de todos esos intentos alentados por los medios y demás agentes de los viejos carteles de poder de crear diferencias mas artificiales que reales entre regiones, así como intentos de los indigenistas a ultranza que pretenden borrar todo lo que se creo históricamente en Bolivia que por llevar la creación intelectual de quienes pertenecieron accidentalmente o no de las estructuras gobernantes o “raciales” de poder, deben ser eliminadas.
Los extremismos tanto de derecha como de izquierda apuntan más a sus agendas particulares, eso no es de extrañar a nadie. Algunas de las diferencias entre uno y otro grupo esta en el real apoyo económico que una u otra parte puedan conseguir para sus propósitos. Esa es una realidad con la que los bolivianos tendrán que vivir aun por más tiempo presenciando al mismo tiempo la posibilidad de salidas aun mas violentas para estos radicalismos.
El contexto internacional, la vecindad de gobiernos amigos que goza Bolivia, la etapa de popularidad interna y el buen panorama económico que le toco vivir al gobierno de Morales fueron sin duda contribuyentes para que la solución por el desastre no se haya materializado, dando finalmente paso a lo que atestiguamos hoy. Esos elementos mencionados que sin ser necesariamente todos actuaron de contrapeso efectivo a presiones externas que durante décadas pasadas supieron derrocar gobiernos democráticos instalando dictaduras clientelares a los intereses externos.
No es tiempo para el gobierno de Bolivia de bajar la guardia, más si es tiempo para desarticular ciertos extremismos no beneficiosos que intentan aprovechar el momento para insertar agendas irreales. Para quienes por otro lado salieron derrotados, es tiempo de enfocar sus energías al esfuerzo de construir sobre las reglas de juego que ya están escritas y aprobadas y sobre las cuales no pueden hacer nada más que acatar.
El cambio de actitud es también necesario en muchos ciudadanos, especialmente en aquellos que enarbolaron el racismo abierto como bandera a tiempo de intentar que la especie de de realidad virtual en la que vivían y en la que no estaban contempladas las mayorías nacionales se imponga por todos los medios necesarios. Ellos perdieron y lo seguirán haciendo mientras mas intenten alimentar sus mentes con irracionalidad y negación.
Es un nuevo país y si se intenta pensar que lo peor ya paso, es aconsejable se intente pensar otra vez. Esto sin embargo no es un augurio de mayor violencia, sino más bien, un augurio de más retos y de mayor trabajo. Es una increíble oportunidad que tiene Bolivia de re inventarse, de quitarse los prejuicios hacia si misma e intentar pensar que los días para Bolivia si es que sus ciudadanos, residentes y aliados lo permiten.
No es irreal comenzar a pensar a Bolivia como una potencia regional en mediano término, con enorme influencia económica y cultural y más allá, quizás a mediados del siglo, como un país muy importante a nivel mundial por las riquezas y talentos que aun están en el vértice de ser aprovechadas.