Divisiones artificiales
By: NEB / Bolivia Now June 29, 2005
Si es que podemos ver la totalidad de población que tiene Bolivia, podremos observar su riqueza inmensa en cuestión de diversidad humana. Sin embargo y a pesar de ser una población conjunta en territorio boliviano que no llegaría a los diez millones, contamos con ciertas personas que quieren hacernos creer que estamos en medio de una balcanización del país o algo parecido a guerras tribales o raciales. Es interesante notar que quienes observan esta comparación suelen por otro lado negar el tema del racismo en Bolivia, o al menos se niegan ellos mismos ser los racistas. La verdad es que todos los esfuerzos, talvez de manera inadvertida para muchos, es entre otras cosas, conseguir la artificialidad de división en el país. Se intenta crear un clima de ellos contra nosotros y plantear por ello mismo, comités de defensa o como hoy leía a alguien en El Deber, crear redes de defensa departamentales que nos protejan de las hordas indígenas en beneficio del país, el cual debe tomar el ejemplo e implementarlas. Eso sin duda, es lo que se lee entre líneas. Esa peligrosa posición que plantea ni más ni menos que la segregación racial a partir de divisiones territoriales es simplemente aberrante desde la perspectiva de un simple principio de humanidad. A lo mejor este autor, quien habla de dichas brigadas de defensa o como se llamen sin saberlo le hace el gran favor a quienes precisamente quieren vendernos esa imagen de país dividido, esa imagen en la que los unos temen u odian a los otros por considerarlos los agresores. El odio y el temor se expanden por todo lado en Bolivia, ese odio y miedo entre las personas de diferentes regiones nos plantea la solución desastrosa de la división territorial o al menos de la imposición de todo tipo de murallas entre nosotros. Parece que aun no aprendemos que las murallas en la historia de la humanidad fueron mayormente infames. Somos un país pequeño en muchos aspectos, pero debemos entender que en el mundo existen muchos ejemplos de pueblos que consiguieron vivir con armonía por siglos a pesar de diferencias realmente abismales. Las excepciones fueron siempre impuestas por interesas ulteriores, ya sea creando divisionismos y guerras civiles allá donde existen diamantes, petróleo o agua o matanzas y genocidios allá donde las locas ideas de superioridades raciales imperaron sobre la cordura. Es importante como bolivianos pensarla muchas veces antes de prestarnos a ser un pedazo de leña más en esta hoguera artificiosa que nos conducirá al dolor sobre lo irreparable. Es importante estar advertidos acerca de todos los extremismos, pero es mas importante entender que nuestra población total, a pesar de no ser tan grande, aun cuenta con una mayoría que aun cree en la unidad y en el entendimiento. Es cierto que necesitamos cambiar no solo las instituciones clave a nivel político y generar reformas estructurales al país, pero también es cierto que también debemos cambiar desde lo individual, hacer una introspectiva y darnos cuenta si es que estamos cambiando para bien o simplemente nos estamos transformando en algo que quizás no nos detuvimos a pensar o que simplemente nos dejamos llevar por las pasiones encontradas halladas en los medios masivos y tomamos partido sin darnos cuenta del daño que nosotros mismos nos hacemos. Íntimamente pensamos por ejemplo en cuantas expresiones racistas proferimos durante este último mes o cuantos adjetivos mencionamos para referirnos a tal o cual de cierta región. Ahora pensemos que sentiríamos si es que toda esta negatividad en el lenguaje o en los símbolos nos la profieren estando en un país diferente a Bolivia, a nosotros, a nuestros hijos o a quienes amamos. ¿Realmente queremos ser parte de esta locura de enemistad cuando otros son los que se benefician de ello y a nuestras costillas?