Creemos o no en el concepto de democracia
Picture: "Ventana con vista al muro" By: NEB / Bolivia Now
Creemos o no en el concepto de democracia
By: NEB / Bolivia Now
La complejidad boliviana es admirable en términos positivos. Sin embargo, muchas veces nos encontramos en el camino con situaciones que nos hacen pensar que muchos solo manejan la retórica democrática a simple conveniencia.
La petición de los parlamentarios cruceños y de algunas de sus instituciones de que se amplíe y redistribuya el número de representantes diputados en el congreso atendiendo a los resultados del censo de población y vivienda del año 2001 y al mandato de la Constitución Política del Estado que ordena que exista proporcionalidad de la representación de acuerdo a la cantidad de población por región es sin duda mas que justa. Se trata de una petición irrefutable que simplemente cumple con los principios de equidad que nos brinda como derecho la Constitución.
Sin importar las motivaciones o colores políticos que puedan tener quienes hacen la petición, esta debe ser atendida y el Tribunal Constitucional por principio debería dar curso y razón. El argumento de que la logística fallaría o de que el tiempo y los costos serian muy complicados de ser llevados simplemente cae en lo absurdo, cuando uno de los deberes fundamentales del estado debería ser el servir a sus ciudadanos y hacer cumplir las leyes. No existe tal situación que las leyes deban cumplirse para unos pero no para otros.
Hoy quienes se puedan sentir victimas de esta nueva redistribución y detractores de la misma por que no solo perderían representantes sino también poder, quizás aun no comprenden que la democracia es así y debe ser perfeccionada. Es inconcebible que hasta la fecha, la organización de las circunscripciones este regulada por el censo del año 1992. Es inconcebible también que jamás se haya pensado que quienes dejaron el país por una razón u otra automáticamente se convierten en parias de nuestro estado sin derecho a participación ni siquiera electoral, cuando a la vez, estos mismos emigrados de Bolivia contribuyen a la economía con divisas que en algún año habrán superado a la cantidad de divisas obtenidas por las exportaciones. El boliviano en el extranjero no vota. El boliviano en el extranjero convenientemente para algunos deja de existir del padrón electoral.
Es inconcebible pensar que el boliviano pierda el derecho ciudadano de contar y ser representado por su voluntad expresada en las urnas. Es inconcebible pensar que aun hoy muchos políticos e instituciones se sientan tan cómodos soportando y promoviendo esta suerte de expatriación involuntaria.
El camino es transformar las estructuras en toda Bolivia y lo que la compone, es dar la responsabilidad y el poder que le corresponde al ciudadano, respetar el lugar donde el ciudadano vive, sea este un lugar elegido por el voluntariamente o sea el lugar al que llego por la fuerza de las circunstancias.
Debemos intentar ser más ecuánimes y aprender a pelear por nuestros derechos, lo cual conlleva responsabilidad. El boliviano necesita en muchos aspectos, dejar de sentirse victima de las circunstancias y transformarse en motor activo de una transformación profunda.
Quienes se oponen a estas medidas, deberían simplemente reconsiderar si sus valores democráticos y su amor al país es realmente autentico.