Por que los bolivianos en el extranjero no votan?
Por que los bolivianos en el extranjero no votan?
Picture: "Dejando atras mis tierras" By: NEB / Bolivia Now.
By: NEB / Bolivia Now
Existen muchas maneras de entender la realidad de los emigrados de Bolivia, que sin duda no se alejan de la realidad de los emigrados a lo largo de la historia.
En las sociedades clásicas de la antigüedad, la griega y la romana, el exilio era quizás la pena máxima a que podían ser sometidos sus ciudadanos. Por las condiciones propias de la época, ese destierro forzado resultaba casi tan terrible como una muerte en vida.
Hoy las cosas son diferentes sin duda, y sin embargo, no deja de ser doloroso el estar fuera de la tierra de origen sin poder tener la libertad de retornar cuando uno quiere, pero si finalmente uno llega a obtener esa posibilidad, en la mayoría de los casos simplemente no se podría pensar en retornar por las razones relacionadas directamente con los motivos por los cuales se salio en primer lugar.
Los exilios de la antigüedad, los exilios políticos y los auto exilios económicos entre otros tipos de exilios poseen la característica fundamental que el ser humano que se halla en esa condición se lleva en si un pedazo de tierra y la misma tierra a la cual el pertenece pierde un pedazo de si. Ambas partes de manera irremediable pierden algo importante.
Los emigrados bolivianos así como muchos emigrados latinoamericanos comparten entre si similares historias, sufrimientos, alegrías y triunfos como inmigrantes en un país nuevo y muy distinto del que provienen. Muchos dejan atrás a sus familias, amigos, lugares e historias de toda una vida. Muchos dejan también sueños irrealizados simplemente por falta de oportunidades.
Los emigrados a países extranjeros aportan al tesoro general de la nación cantidades considerables de divisas comparadas muchas veces con las obtenidas mediante las exportaciones, dando un impulso considerable a la economía de consumo del país consiguiendo a la vez, constituirse en un elemento importantísimo a la hora de sostener la viabilidad económica del país.
Puede decirse mucho de los que salen del país, desde que se trata de una fuga de mano de obra importante, sea de trabajos de cuello blanco o azul que eventualmente podrían aportar al desarrollo del país. Muchos críticos de los emigrantes pueden inclusive llegar mas lejos afirmando que la decisión de dejar el país equivaldría a la huida de las ratas cuando un barco se hunde, otros podrían decir que se trata de una traición implícita en esta salida al país, por lo cual los derechos ciudadanos les serian inmerecidos después de ello. Como se ve, pueden existir muchas opiniones de diversa índole, pero lo mas probable sea que las opiniones negativas sean vertidas por quienes simplemente no sintieron en carne propia las motivaciones urgentes de determinar dar ese paso tan importante en la vida de una persona.
Por otra parte, los inmigrantes en otros países durante todo el proceso llegan un momento que se sienten abandonados de su estado de origen. Es incomprensible para muchos bolivianos la razón de existir de las delegaciones diplomáticas, las mismas que lamentablemente cierran con las puertas en las narices de quien acude a ellas en búsqueda de ayuda. La idea casi generalizada que se tiene seria de ver a las embajadas y consulados como clubes de asistencia a cocktails diplomáticos, lo cual no necesariamente seria una realidad, pero la idea esta sentada. Un inmigrante en esas circunstancias se pregunta que sirve entonces todo el amor que profesa al país, toda la ayuda económica que se brinda por concepto de remesas a la gente que quedo en Bolivia. Según datos del Banco Central de Bolivia (BCB) la cantidad de divisas llegadas a Bolivia en el año 2004 por concepto de remesas, habría alcanzado los 126,9 Millones de dólares, aceptando a la vez, que de todas maneras, llegaría mucho mas dinero por vías “no oficiales” al país. Muchos estiman estas cifras inclusive como mayores a las alcanzadas por medio de las exportaciones.
El boliviano en el extranjero se admira cuando el poder concentrado en el país exige y consigue tanto, cuando el aporte seria ciertamente menor al dinero que más bien sacarían del país hacia paraísos fiscales. Muchos podrían argumentar lo contrario, pero una vez mas, es la percepción del común la que lleva a estas afirmaciones.
El país se encuentra en un momento crucial de su historia y es también el momento en el cual también se juega su unidad, su viabilidad así como su existencia misma. Es el momento en el que todos los nacidos en su tierra y todos los naturalizados en ella desean participar de la manera mas activa posible en este proceso, se juega mucho.
Los bolivianos que viven en el extranjero no dejan de ser ciudadanos bolivianos y a pesar de todo lo adverso que significa el dejar atrás lo querido en busca de mejores oportunidades y el comenzar de nuevo, continúan aportando al país de una manera o de otra, en muchos casos inclusive aun mas que si es que hubieran permanecido en suelo patrio.
Son muchas razones por las cuales los bolivianos viviendo en el extranjero tienen todo el derecho de continuar participando de manera activa en el proceso democrático del país, con mayor razón durante esta coyuntura crucial.
Debe darse curso al voto en el extranjero, no solo por razones de retribución por los aportes económicos y de diversa naturaleza que se hace permanentemente al país, sino también por que la ley continua amparando a los ciudadanos bolivianos sin importar donde se encuentren.
Solo resta continuar presionando para que esto se concrete, pero de manera limpia, sin trampas prefabricadas que intenten hacer cambiar el panorama electoral boliviano a conveniencia de muchos. Requiere este esfuerzo la participación de todos los bolivianos, pero también se hace necesaria la participación de los organismos internacionales, así como de organizaciones diversas que garanticen la claridad del proceso. Esos ya son otros objetivos que también debemos conseguir.