Quien interpreta la inestabilidad en Bolivia?
Picture: "Mercado rural" By: NEB / Bolivia Now
Quien interpreta la inestabilidad en Bolivia?
By: NEB / Bolivia Now
Para interpretar todas las causas para que todos los movimientos sociales, así como los bolivianos de a pie hayan decidido un día salir a las calles y conseguir la sucesión constitucional de dos presidentes sin romper el esquema democrático, es aventurarse a ir en búsqueda de una lista casi interminable de relaciones de reacción a la frustración.
Recientemente el secretario de defensa de los Estados Unidos, el señor Donald Rumsfeld en su ultima gira por dos países sudamericanos, habría responsabilizado directamente a los presidentes de Venezuela y Cuba como los responsables de las “revueltas” en Bolivia, así como de posibles intentos de desestabilización a la democracia que se hallarían en curso en un aparente complot organizado para poder de esa manera desestabilizar al resto de la región.
Un poderoso e influyente senador republicano de Estados Unidos, Arlen Specter, que también es el líder de asuntos judiciales en el senado, envió el 19 de Agosto una misiva al secretario de defensa instándole a bajar el tono de la retórica en contra de Venezuela indicándole tácitamente que ello perjudicaría aun mas las relaciones entre ambos países. Todo eso con referencia también a las declaraciones del mismo secretario efectuadas en Perú que refieren también a Bolivia.
Muchos intentan simplificarlo todo e intentar que de ello resulte algo blanco o negro, ayudando así a un maniqueísmo que en la práctica resulta estéril para todos menos para los interesados directos en sacar provecho de ello, pero también hay quienes sospechan que la mesura y la diplomacia es un camino que puede llevar a mejores resultados que el garrote de la palabra y la acción.
En Bolivia, si es que realmente se mira con atención, se podría reconocer claramente que los últimos movimientos sociales iniciados el año 2000, simplemente rebasaron por su naturaleza a cualquier liderazgo sindical o político, convirtiéndose en una especie de catalizador de la frustración de todo un pueblo que se sintió defraudado por las promesas hechas durante los años noventas. Promesas que por cierto, costaron a Bolivia no solo sus empresas estatales y su soberanía, sino también, el compromiso y enajenación de sus recursos naturales.
Bolivia vivía una recesión crónica, pero no era el momento de mayor crisis en lo económico, así que tampoco podría atribuírsele completamente a ello como la causa principal, aunque lo económico seria en ultima instancia lo mas determinante. Se hablo también que se exacerbaron los sentimientos de la herida histórica del enclaustramiento marítimo fruto de una guerra perdida frente a la invasión de Chile sobre costas bolivianas mas de un siglo atrás, que si bien si tuvo relación, se trato simplemente, durante el año 2002 como un detonante pero no como causa ultima, así que tampoco se trato de la implantación de un anti-chilenismo como muchos quisieron hacerlo ver.
La relación directa se vio plasmada en tanto se alcanzo el nivel máximo de cinismo por parte de la administración de la época de tratar de hacer perdurar el saqueo impune a la economía boliviana en beneficio de algunas corporaciones que con ayuda de muchos políticos e instituciones corruptas se beneficiaron ilegalmente de la explotación de los recursos naturales y el erario nacional. Eso sumado al saqueo de las pocas empresas estatales y al sacrificio de miles de empleos. El supuesto auge y modernización del estado proclamado a viva voz durante los noventa, no fue más que una ilusión. Fue como si dentro de una familia numerosa, un par de sus miembros haya vendido las joyas familiares y se haya enriquecido personalmente, echándole una capa de pintura a la casa, llenando el refrigerador una sola vez y comprado un par de adornos luminosos con el fin de contentar a los demás, dándoles a ellos la esperanza que todo iba a mejorar, cuando el dinero de las joyas termino en cuentas oscuras en islas-paraíso-fiscales.
Hoy se intenta justificar los movimientos sociales no solo en Bolivia, sino en el resto de la región (que también sufrió los mismos procesos), tratando de identificar a algunos líderes como los causantes de “tan mala conducta”, cuando la frustración es generalizada y la pintura barata de las paredes que nos quería hacer ver otra realidad falseada, simplemente se fue cayendo a pedazos.
Muchas veces se da mas crédito a estos lideres que a lo que los pueblos sienten solo por la vieja costumbre de querer identificar al “enemigo” como negro o rojo, perdiéndose en este proceso toda objetividad y corriendo el riesgo de entablar soluciones brutales, cuando para empezar, la cosa se trataría de comenzar respetar a los pueblos no subestimándolos de esa manera, y de no intentar imponer puntos de vista que se creen son propios del “bien” dejando al resto de puntos de vista por defecto calificados como “mal”
Bolivia, así como el resto de los pueblos, merece desarrollarse como país, merece permanecer unida y renovarse de acuerdo a lo que el pueblo pide, un pueblo que exige justicia y autodeterminación, pero que se niega a recibir recetas de imposición maquinadas por malos bolivianos que no precisamente representan a las mayorías, sino a poderosos círculos. Nos intentan hacer creer que la palabra autodeterminación, unidad nacional y regional, integración o solidaridad con otros pueblos fueran un conjunto de malas palabras o cosas que no se deben decir, como si se tratara de algo ilegal o proscrito.
Los bolivianos supieron entender hasta ahora que la democracia si vale la pena ser conservada, así como su unidad territorial. Sin embargo, los embates no cesarán y a Bolivia le espera una batalla muy difícil, en contra de muchos factores de poder que ven solo al territorio nacional como un pedazo de tierra del cual se pueden hacer más ricos o más poderosos, cuando la riqueza debería en cambio, ser multiplicada entre todos y para todos. No es una locura soñar con Bolivia como un país finalmente rico. Rico en posesiones y rico en educación, salud, cultura y oportunidades. Esa idea, ese sueño merece ser compartido en Bolivia y en toda nuestra región sin pensar que con ello se peca en lo malo como muchos medios y organismos insisten en hacerlo ver de esa manera.
La realidad de un país es sin duda algo muy difícil de interpretar, pero cuando nos acercamos al ciudadano más básico, a su entorno y finalmente nos dedicamos a ESCUCHAR en vez de tratar de engañarlo con mentiras multicolores, entonces quizás tengamos una idea, la más aproximada idea de lo que es verdaderamente la realidad de un pueblo y como interpretarlo.