Mas allá de los intentos de crear ambientes de caos y ausencia de ley en Bolivia
Fotografia: "Cuidad incendiada" por: NEB / Bolivia Now
Por: Gery M / redaccion NEB / Bolivia Now
La torpeza con la cual las cortes regionales electorales actuaron, quizás motivadas por las presiones internas o simplemente por hallar ciertos beneficios en hacerlo, optaron por desconocer a la entidad matriz que regula todo tipo de procesos en Bolivia.
Uno de los argumentos esgrimidos últimamente por la oposición cívico-empresarial en Bolivia es que, “si el gobierno incurre constantemente en ilegalidades, pues nosotros no tenemos otro camino que utilizar los mismos métodos” Ahora, basta analizar los parámetros por los que se “juzgan” dichas ilegalidades, los cuales sin duda no dejan de ser subjetivos, altamente politizados y altamente publicitados por los medios de comunicación, que para términos prácticos, son simplemente el “brazo informativo” de este grupo cívico-empresarial que se abroga la representación de “la mayoría de los bolivianos’
Existe una larga lista de imprecisiones patrocinadas con el fin de conseguir determinados resultados, que en palabras mas simples son llamadas simplemente mentiras, que fueron utilizadas a lo largo de todo este proceso de sabotaje a los procesos de democratización que intenta seguir Bolivia últimamente, los cuales sin duda sirven a la mayoría de los bolivianos, por tanto, va en desmedro de los intereses de las minorías.
Estas minorías nunca pretendieron reconocer a la democracia cuando su principio fundamental es la de representar el deseo popular, de sus mayorías que como nunca antes expresaron masivamente su preferencia electoral para elegir a uno de los suyos, es decir, a quien mas se parece a quienes son esa mayoría. En una compleja cadena de acciones de negación, estas minorías utilizaron argumentos como que la democracia no es tal cuando la minoría no es escuchada. En principio, esto tiene fundamento, mas en términos de la toma de decisiones colectivas, la democracia debe seguir el mandato de las mayorías representadas en quienes fueron electos por estas, de otra manera, deja de ser democracia para convertirse en plutocracia, cuando lo que se pretendería es que se imponga el deseo y la voluntad de algunos pocos grupos de poder representados en carteles que agrupan ciertas familias con poder.
Este desconocimiento de la democracia -donde irónicamente, una de las frases favoritas de estos sectores incluye siempre el uso de la palabra democracia- incluye también el desprecio hacia las instituciones del estados a las cuales tienen muy poco acceso, influencia o control, o simplemente no la tienen, es entonces que su tarea conspirativa esta “justificada”
Bajo muchos aspectos, estas demostraciones de inconformidad y rechazo a esas instituciones son amplificadas decenas de veces por los medios de comunicación masivos nacional e internacionalmente. Se juega muy frecuentemente al descrédito y se intenta crear un estado de caos e inestabilidad.
Ante la imposibilidad de retomar el control de todo el territorio nacional, se escoge a la tarea de la desmembración territorial o simplemente llamado separatismo como la salida más útil para estos sectores.
La nueva constitucion que tendría que ser democráticamente aceptada o rechazada por los bolivianos por medio de referendo prevé en su espíritu el fin de los privilegios exclusivos para el encuentro de mayor equidad e inclusividad entre y para los ciudadanos bolivianos. Muchos podrían no estar de acuerdo con la parte estética que acompañó al proceso de su redacción y aprobación, pero debe reconocerse que en términos técnicos, todo fue legal.
Las comparaciones históricas para ver como fueron aprobadas las medidas altamente importantes para Bolivia podrían resultar redundantes, mas es importante tenerlas en cuenta para medir el proceso de democratización y estimar el nivel de participación de las mayorías en estos procesos o más bien, estimar el poder de las minorías sobre ello.
Lo interesante es hoy ver a quienes hoy se rompen las vestiduras clamando por lo que consideran “no-democrático” en palestras como los horarios principales en los canales de televisión o en sendos artículos en los principales diarios o espacios radiales o de Internet y recordar su papel o al menos su posición frente a acciones totalmente antipatrióticas en el pasado de Bolivia en las ultimas décadas. Entonces nos damos cuenta del doble discurso y nos damos cuenta que la idea de democracia suya, es la idea de la exclusión perpetua de las mayorías.
La democracia merece la oportunidad de volver a pronunciarse con el referendo que acepte o no la nueva constitucion. Nadie sabe con certeza si este será aprobado o no, mas sin embargo, los diferentes carteles de poder en Bolivia hacen hoy todo lo posible –con fuerte apoyo económico extranjero- para que todo fracase y que los cambios no alcancen a sus intereses y una de las formas últimamente propuestas es el impulso masivo a los llamados “estatutos autonómicos” concebidos y escritos por un puñado de manos fuera de Bolivia y repetido frenéticamente gracias a la intervención de los que gozan de cierto poder a nivel regional.
No existe duda para quien puede observar con un poco mas de calma los hechos que estos estatutos tienen el objetivo primario el crear barreras que protejan los intereses de ciertos carteles y potencias extranjeras que se resumen en territorio, riquezas naturales y geopolítica. Estas barreras se transformarían en murallas que separen al “estado fallido” que según su idea, es Bolivia y los otros estados, que son aquellos que intentan hacer de sus “estatutos autonómicos” el paso previo a sus propias constituciones. Esto proporcionaría el paso a estados segregacionistas y ante la oposición de enormes grupos de sus habitantes, en potenciales estados genocidas. La palabra genocida es bastante fuerte, pero según la historia, existieron ciertas precondiciones y Bolivia –al menos en los territorios que intentan el secesionismo- las posee.
Un par de hechos mundiales confirman la base del confort de estos carteles separatistas en Bolivia. Uno es la separación unilateral de la provincia serbia de Kosovo que gozo del inmediato reconocimiento de la primera potencia mundial y la segunda la violación de la soberanía de un estado sudamericano sobre otro, es decir, la violación sufrida por Ecuador por parte de Colombia, donde una vez mas la misma potencia vuelve a activar sus mecanismos para legitimar dicha acción con la ya habitual colaboración de los medios internacionales.
Solamente basado en esos dos hechos, podría verse en un futuro –el cual no se desea por supuesto- oscuro, que las regiones separatistas de Bolivia decidan al final del camino declararse independientes ante el “estado fallido” que es Bolivia –según su doctrina- entonces, utilizar a los llamados “estatutos autonómicos” como la base fundamental para crear su propia constitucion e intentar legitimarse ante la comunidad internacional como un hecho derivado de la “voluntad popular” y con la ayuda de las mismas fuerzas extranjeras, apelar a la carta de las Naciones Unidas que respalda la “libre determinación de los pueblos” para conformar su propio estado. El consejo de seguridad de las Naciones Unidas no albergaría esperanza para los deseos de integridad territorial bolivianos, pues a esas alturas el panorama en Bolivia ya se transformaría en “altamente violento, volátil e ingobernable sin la posibilidad de que las partes hallen acuerdos” Se espera, en el mejor de los casos la oposición rusa y china, mas el mecanismo que mueve y gobierna las Naciones Unidas es muy fuerte.
El segundo hecho, es decir la invasión de un país sobre otro argumentando la “lucha contra el ter rorismo” daría pie a una intervención de tropas extranjeras en suelo boliviano, pues a estas alturas, parece fácil crear las condiciones –una vez mas con la pequeña ayuda de los medios internacionales- y denominar a cualquier país u organización como ter rrorista y justificar cualquier acción armada.
Quienes hoy promueven las bondades de la autonomía -como se la quieren plantear desde ciertos carteles de poder- y ayudan en la destrucción institucional de Bolivia quizás hoy no lo piensen bien o simplemente si lo hacen, pero si juegan papel de peones útiles para estos propósitos.
Lo mejor seria que esta secuencia de situaciones no desemboque en lo anteriormente mencionado, pero de ser así, me pregunto que explicaciones estas personas les darán a sus hijos y nietos cuando estos les pregunten acerca de lo que era Bolivia y acerca de que es lo que hicieron para intentar evitar su desintegración.