El consenso llega a fuerza de las leyes de gravedad
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By: NEB / Bolivia Now July 6, 2005
No hay que restarle merito al consenso alcanzado en el congreso boliviano. Finalmente podemos demostrar una vez mas que podemos llegar a acuerdos inclusive cuando pareciera que todo esta perdido. Bolivia vuelve a dar muestras que a pesar de todo, considera que la democracia que posee si vale la pena para ser conservada, nos costo mucha sangre y sacrificio.
Las motivaciones individuales, así como las asumidas en conjunto pueden haber sido diferentes, pero los resultados finalmente, fueron mejores de los que se anticipaba. Es importante mencionar que para la consecución de dichos acuerdos, muchas de las partes tuvieron que ser forzosamente flexibles ya que finalmente entendieron que si bien las posiciones podían ser muy encontradas e inclusive antagónicas, no hubieran prosperado de anclarse en posiciones radicales.
Las presiones fueron y continúan siendo fuertes, principalmente de las compañías petroleras instaladas en el país y ciertos gobiernos interesados en la explotación o apropiación de nuestros recursos, de sus servidores locales, disfrazados de organizaciones ciudadanas y a ellos sumemos también a los incendiarios bombardeos por parte de ciertos medios de comunicación, principalmente televisivos en el país, que solo perseguían mas confrontación, quien sabe (se sospecha) con que fines y beneficios personales. La cuenta puede ser interminable y multicolor, pero finalmente se dio un paso mas hacia lo que el país entero busca y es que exista un verdadero cambio en como se conducirá el país, así como de la forma en la que se organizara y gobernara.
No existe duda alguna que muchos individuos en la cámara baja, así como muchos de los partidos políticos a los cuales ellos representan se vieron forzados a cambiar de estrategia y a finalmente acomodarse a lo que viene. Muchos de ellos enarbolando hoy discursos nacionalizadotes o autonomistas o haciendo alarde de sus “renuncias personales” en pro del país.
El caso boliviano es un caso muy complicado, pero a la vez, un caso con rasgos de madurez muy grandes. Es un proceso complejo, pero aun así, estamos consiguiendo plantearnos soluciones. Puede ser muy complicado para muchos fuera del país entender como y por que de todo esto y muchas veces pueden vernos con mucho prejuicio e injusticia y pintar al país como un país poco serio. La historia nos demuestra que a parte de ser un país complejo, somos un país con posibilidades. Tenemos todo el potencial material y humano de romper la barrera de la subsistencia y alcanzar en alto desarrollo.
Muchas veces nos lamentamos como bolivianos acerca de nosotros mismos y culpamos a nuestra idiosincrasia por nuestro subdesarrollo, pero si miramos mas allá, veremos que prácticamente todos los pueblos del mundo tienen a estas alturas de la humanidad mucho por lamentarse de si mismos o bien de avergonzarse. Tendemos a ridiculizarnos y a folclorizarnos por lo que hacemos o por la gente que tenemos, creando esas falsas barreras de “ellos y nosotros”. A Bolivia no le queda otra que luchar por su verdadera independencia, que no signifique exclusión y aislamiento del contexto internacional, y que tampoco signifique un exaltado chauvinismo estéril. Necesitamos realmente gobernarnos con todas nuestras diferencias asumiendo nuestras responsabilidades, por ello necesitamos autonomías departamentales, necesitamos sentirnos parte de un gran único esfuerzo en un conjunto llamado Bolivia, de ahí que necesitamos que las autonomías partan del principio de la solidaridad con las regiones que menos tienen. Necesitamos sentirnos verdaderamente representados y que la voz del pueblo gobierne excluyendo lo mas posible los intereses de ciertas asociaciones de conveniencia, ya sean estos llamados partidos políticos, agrupaciones cívicas o cámaras de interés económico; necesitamos por ello una asamblea constituyente que defina la refundación de la republica y los mecanismos democráticos por los cuales nos vamos a regir como un país nuevo. Necesitamos respetarnos sin racismos o clasismos explosivos para entendernos mejor y comprender que no solo somos todos bolivianos, sino que somos parte de una sola humanidad.
Todo esto parecía un sueño no hace mucho, parecía lo irrealizable, lo imposible, pero aun así lo estamos logrando. No importa cuanta desconfianza tengamos en los políticos o en ciertas organizaciones, reconozcamos que inclusive ellos pueden ceder por lo menos algo para escuchar a las mayorías. Seguimos en camino, aunque esto sigue siendo aun una parte del proceso; Sin embargo, festejemos por cada avance que conseguimos, miremos a quien pensamos que fue nuestro acérrimo enemigo y démosle también a El, cierto crédito por lo conseguido.
Entendamos también que persisten los que se resistirán aun más al cambio y que intentaran sabotear lo conseguido de muchas maneras, intentaran dividirnos aun más e intentaran que nos odiemos entre las regiones y dentro de la sociedad, subrayando adjetivos y racismos. Muchos utilizaran todos sus medios con todo tipo de incendios para intentar la división real y que nuestro mapa que en vez de verse multicolor, se vea dividido por alambres de púas y trincheras, con las riquezas naturales de un lado y a “los otros” del otro lado. Muchos otros radicales seguirán persiguiendo la destrucción completa del estado y todo tipo de organización democrática por considerarle fruto de los que ellos llaman K’aras o gente de piel mas blanca, cuando a estas alturas el racismo de cualquier lado es ya condenado.
Entendamos que Bolivia vive otra realidad y que el peso de las cosas, el peso del cansancio de la gente con su sed de cambio nos debe mover a todos. Estamos en un proceso, pero debemos asegurarnos que a donde lleguemos, lo hagamos como seres nuevos, que no alcanzaremos mágicamente la solución a todos nuestros problemas, pero que si tendremos la posibilidad de entender que mientras mas nuestro pueblo pueda gobernarse a si mismo, mas responsabilidad adquiriremos sobre nuestros actos. Estamos a un pie de encontrarnos frente a una situación en la cual no podremos culpar si no a nuestras propias acciones, a partir de ello, una vez asumida nuestra responsabilidad, fortalecer nuestra autodeterminación como pueblo, como Bolivia. Mientras tanto, celebremos cada metro avanzado.
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